El adjetivo susceptible alude a aquello que puede recibir una acción y a la persona quisquillosa, por lo que no es adecuado como sinónimo de vulnerable o expuesto.
No obstante, en los medios de comunicación aparecen ejemplos como estos: «Las especies más estrechamente emparentadas son más susceptibles de intercambiar patógenos», «Hay personas que son más susceptibles a las afecciones causadas por las altas temperaturas» o «¿Qué grupo de población es más susceptible de contagiarse de tosferina?».
Según el Diccionario de la lengua española, susceptible cuenta con dos sentidos: uno de ellos indica que alguien o algo puede padecer una acción («Nuestro dispositivo es susceptible de ser atacado»), mientras que el otro se aplica a quien se ofende fácilmente («Aprende a reconocer a las personas susceptibles y a dejar de discutir con ellas»).
Por lo tanto, no es apropiado utilizar este adjetivo con el mismo significado que proclive, vulnerable, propenso, predispuesto, sensible, expuesto, desprotegido…, como indica el Diccionario panhispánico de dudas. Este uso impreciso puede deberse a la influencia del inglés, lengua en la que susceptible sí tiene este sentido.
Tampoco se emplea para decir que una persona o cosa tiene más probabilidades que otra de experimentar algo, ya que simplemente señala que es posible que lo experimente.
Así, habría sido preferible escribir en las frases del principio «Las especies más estrechamente emparentadas son más propensas a intercambiar patógenos», «Hay personas que son más vulnerables a las afecciones causadas por las altas temperaturas» y «¿Qué grupo de población está más expuesto a contagiarse de tosferina?».